No dejes que nadie enlate tus sueños...
Ni aunque el mayor culpable seas tu mismo.
No malgastes el tiempo envidiando
cuando olvidaste la sensación reconocida,
reanimada cada minuto y deseosa de crecer.
Toma facetas para probar riqueza,
pero no consientas en llegar a brillar en cada cristal.
Pues queriendo ser un color neutro,
pierdes tu cualidad propia bajo trazas de inseguridad.
El quehacer vuelve a ser gusto
por el que recuperar la pasión perdida.
Inmensa tras descubrir acordes bien tonificados
Que se amoldan a los iconos que añoras tanto.
Reparo y añoranza no casan en la misma tinta,
avanzar y retroceder no hace más que hundir
un camino trillado en el que se hace difícil salir.
Abre los ojos a tiempo renovado y susurros positivos.
Sin aislar por la noche lo que ansías con luz diurna,
sin matar ni forzar,
sin caer en la inutilidad vegetal.