Encontrándome entre aguas tortuosas, dejándome llevar por la marea que me acariciaba y pasaba a través de mí... Recuerdo que pude acariciar con dedos yermos pequeños retazos de realidad terrosa y que mi pelo se unió vagamente al grupo de algas que coronaban el fondo. Pero eventualmente la fuerza de ese agua tibia intentaba arrastrarme, encontrándo en mi cuerpo un peso intruso en sus aguas, sin anclaje fijo en sus tierras... y así deje que me llevara por la superficie, como cualquier hoja que cae del cielo y se deja vagar en un viaje nuevo. Barquito de papel mojado que aguanta sus ultimos dias entre las hojas del otoño y los mosquitos con patas ágiles como patines sobre hielo.
Me dijeron que estuve en letargo, me contaron que todo fue un viaje imaginario, que el coma me regaló esos destellos generosos para obligarme a ser su eterna compañera. Pero algo en mi me arrancaba de ese fondo lleno de fango y me mostró la superficie, en el punto mismo donde poder respirar por mí misma.
En mi caso fue un encontronazo con un niño curioso y no asustadizo... tal vez ello fue inventado pero más frío sería decir que unas máquinas me otorgaron de nuevo la vida... ¿no?
Por eso... en mis sueños siempre seras ese motivo por el que volví a respirar aire limpio, sin causas de deterioro en mi piel ni manchas de desesperación permanente. Ese fue mi antídoto a largo plazo y aunque todo a mi alrededor me contradiga...prefiero tomarlo como algo eterno, como ese cuento secreto deshojado entre sueños...
22 Junio 2009
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