No sé si por casualidad sabrás... que ayer cambie mis calzas de lugar. Que este peso nuevo que me oprime el pecho pesa más ahora que no sé precisar donde está mi lugar. Que el apoyo en la pared no es suficiente para sustentar mi vacilante valentía de volar sin destino definido. Pues esa indefinida conveniencia en acercarme a tu sombra es lo que me atañe y daña cada vez que intento arrancarla.
La máscara que en la faz ayer se me adaptó cubrió mi semblante de falso miedo y renovado entusiasmo por arrojarme al estanque más próximo que me otorgue la oportunidad de renovarme enteramente.
Los ánimos se esparcieron por el piso una vez dejaste rasgada la bolsa de la ilusión. Y lo que desorienta más, es que no puedo encontrarlos por más que me paseo desorientada en torno a su rastro. En dicha búsqueda perdí los zapatos, mis ganas de hablar y mi capa de la verdad.
En la búsqueda que me centra encuentro ideas, transparentes versiones de una misma persona y me pierdo yo misma entre tanta palabrería sobrante que no conoce la versión personalizada.
30 Mayo 2009
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