Los niños no cuentan mentiras, tu piel no es mi vida, ni mi vida es esfuerzo al límite. Redundantes mis palabras queriendo precisar lo que se me antoja siempre impreciso en relación a lo que no lo tiene. No hay nada definido para este cuerpo que parece estar siempre en vilo, entre la cordura y la locura, entre el pesimismo y el optimismo.
Hoy quiero ver los pequeños placeres, los fugaces pero eternos instantes en que solo el momento es importante, sin más, sin buscar más patas de la cuenta a una mesa que se puede sostener con lo puesto.
No es necesario más en una existencia que insisto en ocasiones en desmejorar porque así me lo propuse, dañando mi existencia y vivencia con cada pensamiento deformado hasta la saciedad.
Ya parece que no asciendo, se me colocó un peso muerto a mis pies ligeros, y sé que fui yo la única culpable.
La voluntad actual de ver todo con buena cara y color alegre es lo único que me queda para intentar destruir las cadenas. Me has cambiado ha mejor, eres como eres y yo igual o peor, el caso es que sin intentar pedirnos más de lo que podemos dar es mejor estar que sucumbir a un auto-engaño continuo.
Y sin más, equilibrio por siempre, de cuerpo y mente, que yoga no me hace falta aún, yo sola me basto y me sobro para ello....
...espero...
2 Febrero 2009
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