martes, 16 de octubre de 2012

Doble trago

En una ocasión describí de forma grupal y ordenada los conceptos que me emparentaban a tu alma inquieta, los degustaba y los apartaba para tenerlos de referente o recordar porqué elegí estar en tu compañía.
Sigo teniendo esa lista entre los pliegues de una determinación arrugada, pero no, dicho estado, por una vez, no fue por tu culpa.

El verano arrasa entre golpes de martillo y caricias despreocupadas a tu lado, y a pesar de desear en ocasiones dejar de estar besando tu suelo pisoteado me resisto a dejar de envolverme con mi locura transitoria y dañina, que, según se ve, pasa de puntillas frente a todos. Dos almas cuerdas unidas en un todo. Niego con la cabeza mientras sonrío... no saben hasta que punto son ilusos.

Más a pesar de ello imploro: sigue encendiendo este alma corrompida mientras apago los rescoldos que aparecieron inesperados en hoguera ajena. Sigue desquiciándome con todo tu conjunto de recovecos, mientras intento olvidar que soñé con un recambio mal copiado. No guardes rencor a estos ojos que te negaron mirar con aplomo, cuando son ahora ellos los que pretenden estar ciegos al amparo del tiempo en espera desquiciada, domada y endulzada con un licor en exceso amargo.


25 Septiembre 2009

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