Tiempo. Todo se reduce a un tictac y el movimiento de unos numeros o manecillas. Me pone nerviosa hasta tal punto de no poder dormir sin tener que guardarlo en un armario para que no me replique cada minuto que marca.
Cualidades varias, saber, interés, conocimiento. En mí se traducen a variadas cosas que en sesiones aburridas o por obligación opté por descubrir y que en un rápido estudio para un examen recargado de fechas y sucesos olvidé a pocos minutos de hacerlo.
Hoy echo en falta aquellos reyes del pasado que tal vez contarían que es de nuestro presente. O tal vez que fue de aquellos lugares a los que quiero ir y no sé explicar un motivo aparente.
El lugar de eso, y mejor tarde que nunca, pude darle una nueva oportunidad a nuestro arte actual, volver a conocer a artistas incomprendidos y calcular su periodo de auge y descubrimiento. Pude descubrir los numerosos daños y reparos de una obra y poder aumentar mi saber con los diversos usos de un pigmento antiguo. Pero siempre como muestra del deseo de una nota.
Dejé de pulsar teclas musicales para teclear delante de una pantalla y abandoné parcialmente los libros de aventuras para leer vivencias personales y ajenas o crearlas.
No soy más que cualquiera ni menos que nada, me bebo la vida a grandes sorbos y lloro por dejarla desvanecerse, pero me creo que el tiempo estira y a tientas acaricio tu presencia, reacia a dejarla escapar, como si fuera el ultimo instante. Y mientras tanto dejo pasar lo demás, que tal vez no volvera de igual forma.
A ratos se intenta enmendar, a ratos mejorar. Y en ocasiones volveré a pensar que no soy nada más que lo que dejo enredar, leer e interpretar.
18 Julio 2009
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