martes, 16 de octubre de 2012

Versionada

En días como hoy caigo en la cuenta de lo que dejé ir sin darme cuenta, dando por sentado que era necesario mirar hacia otro lado. A pesar de seguir rememorando esas letras que hablan de una infancia llena de fantasiosas historias perfectas o de una etapa en la que mi cabecita solo pensaba por y para cada figura que le echaba un poco de atención... a pesar de ello me convenciste de un detalle, todos vosotros, y es que la perfección solo existe en las historietas, el resto es una vista abigarrada de flores y colores alegres que nos empeñamos en adaptarnos.

Las rimas patéticas que pretendían ser ingeniosas... las palabras soñadoras, todo se lo llevo una vez tras otra la embestida que levantaron diversos pasos, empeñadas pisadas en hacerme creer que esa mirada rosa estaba mal ajustada.

Y si en ocasiones cambió de color puede que exista un proceso científico que tenga que probar que a partir de cierto tiempo las clavijas se tuercen y ves una realidad diferente en la que prefieres no estar. Pero ya es tarde, solo hay realidad aplastante y los cuentos e historietas no son más que eso. La costumbre ya ha llegado y ha convencido fuertemente a mirar con la cabeza fría, a ser eterna pesimista de las diversas existencias que pasean melosas a mi alrededor. ¿Amargada? No... certera, disgustada, con los pies en el suelo y la cabeza eternamente gacha, siempre rebelde a dejarme llevar del todo por esa verdad o por esa mentira... siempre entre los dos bandos, siempre indecisa... siempre gris.

¿Las balanzas de mi signo tienen que ver? tal vez si.


2 Agosto 2009

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