lunes, 1 de octubre de 2012

Absoluta incomprensión

Un sonido familiar, tan difícil de acallar
Algo tan simple y humano
Intenta ahogarlo con las manos agarradas.
Tanto tiempo desoyendo las voces que perdió la cuenta,
Se acostumbró a hacer oídos sordos selectivos.
Pero pronto todo se adivinó a su alrededor,
Cosa que más le molestaba e incitaba a seguir.
No la comprendían, no la veían como ella misma.
Perdió a todos por negarse a escuchar,
Excepto al que en su día hubo de enamorar
Estuvo pendiente de ella, a pesar de sus contras,
Intentó en vano hacerle ver que no tenía razón esta vez,
Que sus ojos se habían formado una imagen false de su ser.
Mas ella se creyó engañada por ciego amor
Y las dudas siempre le acechaban,
Si lo dejaba puede que dejara de preocuparse,
Que como antaño la dejara ensombrecer.
Finalmente, a pesar de los médicos por obligación,
De sus oídos atrofiados a palabras de consuelo
Se le llenó la cabeza de mentiras piadosas
Por parte de un mundo que la veía en realidad horrorosa.
Y el día llegó como una salvación a su calvario
Y fue aceptada ella y su palabra en un mundo cambiado
Era hermosa ahora y todo era perfecto,
Más miró abajo y al fin comprendió lo que había hecho.
Tarde se arrepintió de sus hechos incuestionados
Tarde comprendió que su propio mundo se la había tragado.


9 Marzo 2008

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