Jamás quiso sufrir por ese sentimiento
Ni siquiera pensó en ello
Dejó que sus artes le abrieran las alas
Y le colocaran en brazos de la persona más desarraigada.
Le tachó de rebuscada
De inmadura y extraña
Una mujer con cabeza pensante no era ni frecuente ni conveniente.
En maldito camino cayó
Le tocó conocer al ser más ruin y vividor.
Sin experiencia no podría llevar lejos su afición
De buena gana podía ser su mentor, orgulloso mencionó.
Su trato con él acabó, más desgraciadamente no olvido.
Propuestas cayeron, negadas fueron
Por una espera incansable en lo desconocido
Mas no por ello imposible.
Pues en un día de festejo se dejó ver
Fascinación en sus ojos haber parecía
No descaro ni descortesía.
Y finalmente la duda fue destruida
Era suyo en cuerpo y alma, eso decía y repetía.
El consentimiento fue buscado
Con la misma premura que desterrado.
El sustento se convertía en lo imprescindible,
El amor en lo secundario.
Y así pues el sueño desaparecía
La dura realidad volvía, con el día a día.
Hasta que rumores de casamiento le llegaron
Y derrotada aceptó una conveniente petición.
Mas su corazón estaba lejos de allí, olvidado.
Y volvió en sí cuando ocurrió lo inesperado:
Su modesta llegada acompañada de disculpas
Todo por una vida en la lejanía pero con la felicidad absoluta.
Inspirado en la película La Joven Jane Austen
18 Noviembre 2007
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